Se acabaron. 15 días intensos llegaron a su fin. Ya tenemos a los ganadores y también a los vencidos que cabizbajos piensan qué hacer con su futuro. ¿Y mientras qué? Se quedan en su casa a la espera de que alguien dé el primer paso.
Mi experiencia llegó a su fin, y ahora que ha pasado no sé muy bien como expresar mis sensaciones.
Momentos buenos, muchos; de nervios muchos más. Pero con lo que más me quedo de estos 15 días es con la forma de vivir una caravana electoral. Cómo evitar el llamado “Síndrome de Estocolmo”, intentar recordar que tenías vida antes de que comenzase todo aquello y ver que en política, el periodismo es un arma de doble filo.
Pero, llegó a su fin y habrá que esperar cuatro años para volver a vivir una experiencia así. ¡Ah, no! Se me olvidaba que tenemos generales a la vuelta de la esquina. Dios mío... que alguien me explique cómo aguantan esos periodistas “machotes” que se enfrentan a unos grandes “líderes” que utilizan cualquier estornudo para levantar a un país en vilo.
Pero, si soy sincera, debo decir que sería maravilloso, cambiar a mi “líder” de estos días por el señor Zapatero o Rajoy, y analizar cómo intentan utilizar esta arma de doble filo fuera de esta región.
Pero ahora toca volver a la realidad, terminar mi quinto curso de carrera y olvidar, al menos por unas semanas, la maravillosa sensación que me produce el periodismo en todas sus vertientes.
Mi experiencia llegó a su fin, y ahora que ha pasado no sé muy bien como expresar mis sensaciones.
Momentos buenos, muchos; de nervios muchos más. Pero con lo que más me quedo de estos 15 días es con la forma de vivir una caravana electoral. Cómo evitar el llamado “Síndrome de Estocolmo”, intentar recordar que tenías vida antes de que comenzase todo aquello y ver que en política, el periodismo es un arma de doble filo.
Pero, llegó a su fin y habrá que esperar cuatro años para volver a vivir una experiencia así. ¡Ah, no! Se me olvidaba que tenemos generales a la vuelta de la esquina. Dios mío... que alguien me explique cómo aguantan esos periodistas “machotes” que se enfrentan a unos grandes “líderes” que utilizan cualquier estornudo para levantar a un país en vilo.
Pero, si soy sincera, debo decir que sería maravilloso, cambiar a mi “líder” de estos días por el señor Zapatero o Rajoy, y analizar cómo intentan utilizar esta arma de doble filo fuera de esta región.
Pero ahora toca volver a la realidad, terminar mi quinto curso de carrera y olvidar, al menos por unas semanas, la maravillosa sensación que me produce el periodismo en todas sus vertientes.
2 comentarios:
Cuando pasen los años puede que recuerdes la canción de Miguel Rios
" Cada día despierto en distinta habitación, donde doy con mis huesos, cuando está saliendo el sol
Dormimos poco y mal quemando la salud, para llegar al quinto infierno donde cantaré de nuevo
¿Qué estarás haciendo tú? " El blues del autobus. Ya sabes : Vivo en la carretera, dentro de un autobus.
Te quiero
Los periodistas son el arma de doble filo para los políticos, pero para ellos lo es la sociedad.
Yo he vivido en mis carnes 4 años de candidatura, una experiencia inolvidable. Tanto por sus cosas buenas como por las malas......
He tenido un cargo de concejalía, frente a un pueblo de 640 habitantes, y como dice el refran: "Nunca llueve a gusto de todos", y bien cierto es; pero a pesar de ello, servidora aprendido a ser mas tolerante y mas critica a la hora de llevar un proyecto acabo.
Creeme Clara, que apesar de las ganas de que todo llegue a su fin, cuando todo termina, se nos queda un "gusanillo" en el cuerpo conganas de repetir. Experiencias como estas llegan de ciento en viento, pero apesar de ser excasas nos ilustran y nos hacen descubrir algo mas dentro de nuestras capacidades.
P.D-
Fue una pena no poder asistir a la cena del día 25. Mis compañeros de candidatura me contaron la experiencia tan gratificable y amena, pero ya no por el hecho de acompañarlos sino por codearte un poco más con los miembros de la "alta política", ja ja ja, aunque seguro que a ti se te ha dado de maravilla
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